Guillermo Almeyra Opinión La Jornada
Ante la posibilidad de un acuerdo que pueda conducir a la reincorporación al trabajo de los casi 15 mil electricistas que no aceptaron la liquidación cuando fueron ilegalmente despedidos y resistieron heroicamente durante un lustro, se imponen algunas observaciones.
La primera y fundamental es que, cualesquiera puedan ser las intenciones de un gobierno tan o más infame aún que el de del PAN o sus antecesores neoliberales priístas, la movilización, los sacrificios y la resistencia política no sólo preservaron la dignidad de los trabajadores y su sindicato sino que también podrían obtener resultados como la supresión de los procesos penales, la reconquista del trabajo, el reconocimiento de la antigüedad en el trabajo para las jubilaciones, indemnizaciones y la reconquista de los servicios del IMSS
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